Alan González Salazar



Nació en Pereira, Risaralda en el año de 1987. Autor de Anónimos obra ganadora del Premio Nacional de Novela 'Ciudad Pereira' en 2012;  Noche en tu silencio, obra poética de 2017 y Máquina triste, obra de narrativa publicada con Jirafa Enana Editores en 2018.  

En la actualidad coordina el Taller de Lectura y Escritura Creativa de la Universidad Libre de Pereira. Director de la Revista Teatro Pereira y representante del Consejo Departamental de Lectura, Escritura, Oralidad y Bibliotecas de Risaralda 2020-2024. 

Algunos de sus poemas han sido incluidos en las antologías: Poetas del Gran Caldas (Alcaldía de Neira, 2013); Lecturas Urgentes de Poesía (Ediciones Grainart, Santiago de Cali, 2015); Palabras entre dos ríos: Nuevos poetas pereiranos (Secretaría de Cultura de Pereira, 2018).




I


Sobre innumerables aceras

se enfila la multitud

se atropella

con bolsas y paraguas

y hay en su marcha regular

un pulso

de reloj de cuerda

de retraso crepuscular

a sus hogares en los extramuros.

¿Por qué

solo hasta ahora

me resulta equívoco el destino

de cada uno?

Siento el temblor de sus huesos

como cristales que gritan en la noche

cuando pasa el aire y los reclama

y deja su música de fondo

rodar en la consola

de algún café barato. 


II


Vine a parar a este rincón de la ciudad

a ocultarme en algún recoveco absurdo

en medio de los andamios entrecruzados,

de las callejas por donde desaparece la gente,

en la geometría infernal de estos edificios.

Viene a confundir mi cuerpo entre las sombras

a ondular sobre el café

con un grito que apaga las estrellas en lo alto.


III


El agua inclina

"por ley de lluvia"

persianas y párpados.

Espeja las avenidas

serpenteantes

deslíe los muros de la pequeña ciudad.

Aprisiona el cuerpo

en la maraña del sueño

¡Delicia del vértigo!

De la noche que persiste

al romper el alba

en cristales los astros

y fundir su luz uniforme,

su blancura de arena en el horizonte.

La carrosa del sol se habrá perdido,

sin auriga, del calendario, del error del día.

Hoy

tiene prisa el olvido.

Hoy

no es posible el llanto.

A raudales

el agua sin fin

de nubes que dejan

las golondrinas de marzo ganar el cielo.


IV


Tomo café

en la esquina de la plaza

y pierdo peso en el humo.

Bajo los párpados

imagino

el corazón atestado de gente,

a punto de partir.

En cada golpe de campana

la iglesia despide

un joven y otro que tenía

pólvora en las manos,

despide la tarde

cada golpe

de aire y ceniza.

A esta esquina

vienen

ancianos y palomas.

También ellos

fueron a la guerra

invadieron la ciudad

escribieron su nombre con sangre ajena.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar